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¿Qué pasa con nuestra atención?

  • Foto del escritor: Tamara Cereza
    Tamara Cereza
  • 5 jun
  • 26 Min. de lectura

Actualizado: hace 2 días

Te reto a leer ésto sin interrumpirte…


Un garabato de ideas sobre nuestra crisis actual de la distracción y algunas posibles puertas de salida individuales y colectivas…


Hay tantas puertas de inicio que podría tomar para escribir éste artículo y tengo tantas ganas de compartirles tantas cosas que no se por dónde empezar. Quizás por lo que siempre es mejor: el momento presente.


El punto de partida: el momento presente


Me encuentro en éste momento en una terraza del Club de Golf del Hotel Avándaro. Frente a mi un campo de golf de un verde insultante, perfecto. Junto al pequeño lago, dos niñas vestidas de blanco juegan con el agua, como haciendo algo que no deben, tocan el lago y miran espectantes, como si alguien fuera a regañarlas por ensuciarse.


Más cerca mío está la piscina y sentado en una silla larga y roja, el guardavidas. Me recuerda, como a veces lo hacen éstos lugares de mucho dinero, a otros tiempos. El guardavidas es un muchacho moreno vestido de rojo y blanco en un uniforme tan perfecto que parece disfraz. El muchacho mira a la piscina y luego mira su celular repetidas veces. Su atención se divide entre ésos dos mundos y da la impresión de que así pasa sus horas laborales. No parece estar muy interesado por ninguno de los dos mundos.


Al lado mío, una mesa de amigos claramente estadounidenses, que deben tener mi edad: ésos terribles treintas que no son ni una cosa ni la otra. Hablan entre ellos y ríen, pero no sueltan el celular de sus manos. Como si fuera una especie de extensión de ellos que les da seguridad en los micromomentos en los otros hablan y ellos bajan su mirada hacia su morada íntima: una pantallita que contiene, al parecer, todo su mundo… ése que es de ellos propio.


A veces pienso que si fuera de otra época y mirara a mis contemporáneos, me costaría mucho comprenderlos. Y a veces pienso que lo soy, pero la realidad es que estoy igual de enganchada que ellos en las pantallitas y en las redes neuronales del océano eléctrico del internet, que reemplazan nuestra presencia en el momento, que es lo único realmente íntimo que tenemos.


Ahora las niñas se han ido y un grupo de golfistas con sus cadis han ocupado la pequeña loma verde brillante de enfrente. Sólo el golfista que se prepara para pegarle a la pequeña bola y su cadi están sin su celular, los otros cuatro hablan y miran su teléfono, incluso algunos sostienen su palo y su teléfono simultáneamente.



¿Qué está pasando con nuestra atención?


Ésto de repente me trae a la memoria la mañana de hoy y mi pequeña pero intensa excursión por otro espacio, muy distinto a éste club. Fui a una cascada hermosa, en el medio del bosque de Valle de Bravo. Al caminar por los senderos que llevaban a la cascada, me encontré otro entorno social, diametralmente diferente, de gente súmamente humilde.


Todos, bueno, casi todos para ser más honesta, excepto las personas mayores, llevaban su celular en las manos y grababan el bosque, la cascada, a ellos mismos. Es como si las cámaras hubieran reemplazado nuestros ojos.


¿Se ha vuelto peligroso el contacto directo con la realidad?…


Hasta yo me encontré grabando la cascada y pensando la historia que iba a subir a las redes para mandar un mensaje “bonito” y desear un feliz mes a mi comunidad.


Es evidente, que lo que está pasando con nuestra atención es algo que corta transversalmente a la sociedad. Nadie se escapa de escaparse de la realidad. Y éso me lleva a preguntarme,


¿Qué es lo que realmente estamos evadiendo?

¿De qué se trata realmente ésta crisis?


Lo que me queda claro es que es una crisis de nuestra atención, de nuestra presencia.


La etimología de la atención


La etimología de la palabra "atención" proviene del latín "attentio", que a su vez deriva de "attendĕre", que significa "tender el espíritu hacia", “atender".


Parece que nuestra atención se nos escurre por los dedos, por todas partes, menos por donde realmente estamos.


Estamos frente a una crisis de presencia y como dice la gran maestra Jessica Walker: “a mayor esencia, mayor presencia”… parecería que ése hilito sagrado que nos conecta a nuestra esencia se evapora cada vez más, pero,


¿Es posible perderlo?

¿Es posible, entonces, recuperarlo?



Una pequeña comprensión, una gran diferencia


No se ustedes, pero yo llevo un largo tiempo preocupada por mi manera de relacionarme con el mundo virtual (digo esto y me siento como alguien que podría decir: “me preocupa mi manera de beber”) y la razón por la cual me urgía escribir ésto y compartirlo con ustedes, es porque al fin he logrado una mínima ¿comprensión? (no se si sería la palabra adecuada), pero sí un entendimiento más profundo de lo que sucede en nuestra crisis de atención y algunas prácticas concretas que me han aportado mucha paz y un poquito de esperanza.


Les aviso que éste artículo será una mezcla de reflexiones que vienen de distintas fuentes: mi observación, la astrología, la filosofía y algunos autores especialistas en el tema de la atención en los tiempos actuales.


Algunas Razones Profundas por las que creo que es imprescindible que comencemos a hablar de ésta Crisis:


  1. ESTAMOS A TIEMPO

    Éste es un problema relativamente reciente y colectivo. No es demasiado tarde para abordarlo y decidir, es decir, hacernos responsables de buscar formas de recuperar nuestra atención


  2. ATENCIÓN = VIDA PLENA

    Si perdemos la atención, perdemos la posibilidad de estar ´presentes en donde estamos, de abrir los ojos a la realidad, de conocernos y crear la vida que queremos tener.


  3. LOS TIEMPOS NOS NECESITAN ATENTOS Y CREATIVOS

    Estamos frente a problemas complejos mundiales, que requieren soluciones creativas y complejas también. Si no podemos concentrarnos, no podemos pensar a la altura de lo que nos tiempos nos exigen.

    Si perdemos la atención, perdemos la capacidad de pensar por nosotros mismos y somos fácilmente manipulables


  4. SIN ATENCIÓN NO HAY RELACIÓN

    Si perdemos la atención, perdemos la profundidad de los vínculos, la intimidad y la posibilidad de organizarnos en comunidades reales y amorosas


  5. SIN ATENCIÓN NO HAY ESPIRITUALIDAD NI ARTE

    Sin atención, no hay contacto a nuestra vida espiritual, ni a nuestra conexión con el alma y su propósito. Tampoco lo hay con el arte como una expresión de presencia sagrada.



Volviendo...


Como les contaba, hace mucho tiempo ya que estoy pre-ocupada con una angustia permanente de sentir que la manera en la que me relaciono con mi celular, con las redes, con mi computadora, con el internet, no es sana.


Al principio, como muchos, pensé que era una falta de auto regulación mía.


Claro, es evidente que hay todo un sistema por detrás, pero por mucho tiempo pensé que era, más que nada, una especie de carencia de voluntad para resistirme a ésa dosis de dopamina que nos empuja el mundo virtual cada vez que extendemos la mano. Está tan disponible, tan cercano, tan fácil, tan difícil de resistir…Y luego el vacío, como un hueco emocional que viene después de saciar ése impulso, de no demorarlo.



Además del vacío, yo me quedo con una sensación de saturación: las miles de conversaciones a la vez que uno no podría sostener en la realidad con tantas personas al mismo tiempo, como cuando comes más de lo que puedes digerir, pero además comiste mucho de lo que no te nutre…los memes (mi gran fascinación), los reels, las noticias, los anuncios, los mensaje de instagram pero también los de WhatsApp y los de messenger y los de Telegram, el correo electrónico, uno o varias cuentas diferentes…la saturación.


Y por último, el bajón de energía que viene después. Una vez saciado el impulso y saturado nuestros receptores, nos damos cuenta de que hay algo que no está bien, que no es real.


Al principio me juzgaba mucho por no poder bajarle un poco a mi adicción al mundo virtual. Pero después comencé a tratar de observarme sin tanto juicio, (o con todo y él), pero de una manera más tranquila. Una especie de: “a ver, a ver, qué está pasando aquí”…


Tres síntomas de alarma


  1. Uno de los indicadores que me instaron a tomar cartas en el asunto, fue que ya no podía leer libros. Era incapaz de concentrarme al menos 15 minutos seguidos en un libro sin necesitar echar una ojeada al celular. Y más allá de éso, mucho más grave que eso: era incapaz de concentrarme en la lectura lenta, lineal.


  2. Tampoco estaba pudiendo sentarme a meditar, o sentarme con una amiga a escucharla sin el celular frente a mi vista, me daba ansiedad. Mucho de ésto lo justificaba con mi hiperactividad: “No puedo concentrarme porque tengo mucho en la cabeza, porque soy workaholic, porque me fuerzo a una vida muy rápida, con demasiadas cosas”…Pero la cosa era un poquito más compleja que esto. Estaba, claro, el factor emocional, observé. Me distraigo con el mundo virtual porque no puedo sostener la intimidad con mi amiga, con mi vida misma. Sí, ésto era una verdad…pero había más.


  1. Al hacer del observarme una práctica más constante, comencé a notar sutilidades que antes no había notado. Comencé a dejar el celular lejos mío en los momentos en los que no los necesitaba, a apagar el módem del internet y lo primero que noté es que me sentía desubicada.

    Espacialmente desubicada.


Si no estaba con una pantalla al frente, o cerca, con el internet encendido, o escuchando algo (un podcast, un audiolibro, música) no parecía poder darle dirección clara a mi acción. No sabía cómo moverme.


Ésto me preocupó enormemente. Me hizo sentir una inválida en la realidad verdadera.



Me di cuenta de que mi cerebro estaba replicando ésa manera virtual de conectarse con algo que no era virtual y hacía un cortocircuito pesado.


No estar “enfuchada” me generaba una sensación de estar totalmente perdida...navegando en un tiempo muy desconocido y lento pero a la vez ansioso: entre un síndrome de abstinencia, sumado a una pesadez neblinosa , abrumadora por su falta de dirección e inmediatez.


Como si el desplazarme en tiempo real fuera atravesar una jalea espesa, sin rumbo, ni referencia


Ahora no puedo declarar que estoy en un lugar muy distinto del que estaba en aquel momento, pero llevo varios meses haciendo las cosas ligeramente diferentes y esto me ha permitido, un poquito, recuperar mi percepción y mi pensamiento.


 Recuperar el pensamiento y la experiencia interna propia…una clave de ésta Era de Acuario en la que acabamos de entrar


Cada Era Astrológica (un período de 2160 años aproximadamente) tiene su reto, como si fuera la materia que nos toca cursar a todos como conciencia colectiva e individual.. Acuario es un signo de aire, por lo tanto es mental. Es el Pensamiento Original. Algunos le dicen el pensamiento de Dios. Regido por Urano, el dios del cielo. Acuario: el gran signo de la presencia.


El tinte de ésta época tiene mucho que ver con encontrar la propia autenticidad, con la conciencia de que somos una red de autenticidades: Cada quien es un sol, su propio centro, pero los centros se interconectan.


Por éso el internet aparece con Saturno en Acuario en los 90´s: declarando un nuevo paradigma de Inter-conexión global, y por éso el tema de las comunidades y las redes (en su expresión de todo tipo) son tan importantes en ésta época.



Es claro que si queremos sobrevivir como especie, vamos a tener que colaborar y no por nada, series actuales como El Eterneuta o El Cuento de la Criada, muestran éste mensaje del inconsciente colectivo: Solos no podemos.


El tema es que éste modelo actual de comunicación, que yo me atrevería a decir que es la sombra de Acuario, nos deja más solos que nunca, porque no nos da una conexión real con los demás ni con el Sistema Terrestre del que somos parte.


Primero, es vital que entendamos que lo que enfrentamos es una crisis colectiva, un robo a mano desarmada de nuestra atención, no es un problema personal tuyo y mío.


No podemos salir solos, pero en la misma medida, podríamos decir que cada uno, como centro de su vida, tiene que hacerse cargo de su relación con la virtualidad y la tecnología.


Johan Hari dice en su libro “Stolen Focus” (una joya, por cierto),

“Vivimos en una maquinaria de distracción, y culparnos a nosotros mismos por no poder concentrarnos es como culpar a alguien por no poder dormir mientras alguien le grita al oído toda la noche.” 1

Todo el sistema está diseñado para retener tu atención por el mayor tiempo posible, el nuevo capitalismo llamado “Capitalismo de Vigilancia” se alimenta de tu atención:


“Cada vez que miras tu teléfono, estás participando en una máquina diseñada para hacerte volver. No para informarte. No para educarte. No para ayudarte. Para hacerte volver […] No eres el cliente. Eres el producto que se vende a los verdaderos clientes: los anunciantes. Lo que están vendiendo es tu atención. […] Vivimos en una economía que premia la interrupción, no la atención. Que monetiza la distracción y penaliza la presencia.” 2

Si no hubieras experimentado ya la oscuridad de Facebook o de Instagram y te hablaran de plataformas en donde uno puede conectarse con amigos, saber de sus vidas, crear diálogos sobre temas en común, ponerse de acuerdo en encuentros reales, de carne hueso…seguramente dirías: “¡Qué uso fenomenal del tecnología para conectarnos!”…pero las plataformas de redes sociales y de comunicación no buscan conectarte en la realidad con otros. Éso no vende. A Face-book no le conviene que te encuentres (paradójicamente) cara a cara con tus amigos.


Es menos tiempo en la plataforma, es menos de tu tiempo que pueden vender al mejor postor.


“Las plataformas no están construidas para que colaboremos, comprendamos o escuchemos. Están diseñadas para maximizar el tiempo que pasamos mirando pantallas. Y eso se logra más fácilmente si estamos divididos, indignados o ansiosos.” 3

Y, como dice el querido Johan Hari, no sólo no quieren que nos conectemos, sino que al parecer lo que “vende” (definido por ellos mismos, claro), lo que parece mantenernos más enganchados, son las cosas que nos aterran y nos polarizan...muchas veces son burlas, discusiones violentas, las noticias que gatillan el odio, específicamente direccionado por el algoritmo a lo que a ti te sacude.


 Frances Haugen, una exgerente de producto de Facebook denunciaba por 2021 en el Senado de Estados Unidos, cómo la empresa intencionalmente promovía el odio, la desinformación y la polarización: priorizando las ganancias por encima de los usuarios. Habló sobre todo, del impacto en los niños y las adolescentes:


“Los líderes de la empresa saben cómo hacer que Facebook e Instagram sean más seguros, pero no harán los cambios necesarios porque han puesto sus astronómicas ganancias por encima de las personas.”4
“Las propias investigaciones de Facebook muestran que Instagram es tóxico para las adolescentes. Saben que el contenido que hace que los usuarios se sientan peor consigo mismos tiene mejor rendimiento en términos de interacción.”5

Es así que hacemos muchos malabares en ésta época: entregamos nuestra atención, empobreciendo nuestra experiencia presente, al mismo tiempo que nos contaminamos, queramos o no, de una mente polarizada. Y una mente polarizada genera, por lógica aplastante, una emoción polarizada.


Y si llevamos tantita cuenta de cómo se crea la realidad, no nos debe extrañar entonces, que ésa emoción polarizada que llevamos dentro se manifieste afuera en todas las formas que más odiamos. Para verlas, claro está. ¿¡Ves cómo es un círculo perfecto!? Me recuerda al señor oruga azul de Alicia, fumando de su pipa y haciendo círculos de humo en el aire: perfectos, al tiempo que inexistentes.


El círculo es así: Primero Inserto una idea polarizada, digamos un conflicto bélico para ser ilustrativos, que vas a tragar sin digerir (porque además la inserto a una velocidad que no puedes procesar conscientemente) y la vas a proyectar en tu realidad por medio de tus emociones. Luego yo te puedo decir en otro reel “¿Ves cómo ésa si es la realidad? ¿Ves cómo los humanos son un escarmiento para la Tierra?”


¿Y para qué? Para la obviedad más vieja y aburrida de la historia...para sostener el “poder” (si es que a éso le queremos llamar “Poder” y no “Alimento de Hambrientos”). Ojo, sostener un poder y una estructura tan densa como la que venimos sosteniendo colectivamente, en un momento en el que la frecuencia se está sutilizando y grandes cantidades de luz están entrando a la Tierra, requiere estrategias sutiles, tan veloces como la frecuencia presente.


 Hasta para el más escéptico, es evidente que las cosas están cambiando. ¿Quién puede tirar la primera piedra y decir: “Yo no estoy experimentando un cambio o una crisis radical en mi vida y en mi conciencia”?


Pero qué patrón de poder, va a rendirse tan fácilmente a dejar de existir, a dejar de repetirse si su identidad concreta depende de éso, ¿Cómo va a ceder el trono y dividirlo en una comunidad acuariana horizontal u actualizada frecuencialmente?


Cuando terminé de escribir éste artículo, fui a la casa de mi amiga Yan y me pidió que se lo leyera en voz alta, y quiero agregar aquí uno de sus aportes brillantes: Decir “los poderosos” a quienes necesitan alimentarse del poder (la atención) de otros, no es lógico. Pero así lo hemos vivido por mucho tiempo. De alguna forma, muchos nos hemos resignado, por demasiado tiempo ya, a que “alguien más”, un “grupo de poderosos” va a dictar lo que suceda en términos de lo colectivo, por ejemplo, ¿Quién pensaría que puede cambiar las políticas de las redes? ¿De la tecnología? Parecería que nosotros, como usuarios, no tenemos nada que ver con ésas decisiones…pero, ¿Es cierto éso?


Proyectar el poder afuera ha sido una forma de aprender que hemos necesitado por bastante tiempo. Ser como niños o adolescentes. Ojo, ésto es perfecto también, cada aprendizaje tiene su tiempo y es importante que no caigamos en la polaridad de los buenos y los malos . pero no por éso vamos a dejar de ver las cosas como son.


¿A quién le conviene que perdamos presencia y atención? Porque no me van a decir que un diseño tan esmerado en robarnos el presente es meramente el resultado de una forma “defectuosa” de usar la tecnología. Éste reto de poder ver la polaridad sin caer en ella, es parte fundamental de nuestra maduración como seres humanos en la Era de Acuario. La única manera de tomar responsabilidad de lo que hacemos y en lo que participamos individual y colectivamente, es ver lo que hacemos (primero que nada) y contactar con la realidad. Luego, si espabilamos un poco, quizás pensar tranquilos algunas soluciones inteligentes y humanas.



Y aquí,, quisiera incluir lo que dice Bárbara Hand-Clow en su libro “Cosmología Pleyadiana”, acerca de ésta red que nos interfiere y nos interrumpe constantemente nuestra atención. Se que algunos dirán: “¡Ésta es una chiflada! ¡Primero la Era de Acuario y ahora el cosmos y los extraterrestres!” Sí, ésa soy yo.


Honestamente pensé en quitar ésta parte, porque realmente quiero que éste artículo tenga difusión, ya que siento que tiene un potencial grande de abrir el diálogo sobre ésta crisis. Pero si hubiera removido la siguiente parte, no sería coherente con lo mismo que propongo: la libertad de pensamiento. Así que aquí les va, ésta explicación (brillante a mi manera de ver) sobre cómo, en otros niveles más sutiles, se generó ésta red de interrupciones y distorsiones de nuestra propia percepción humana:


“La Tierra fue encerrada en una red electromagnética que impide el acceso directo a otras dimensiones. Esta malla fue instalada para manipular a la humanidad y evitar que despierte a su verdadera herencia cósmica […] Fuerzas extraterrestres que llegaron a la Tierra hace milenios instalaron esta grilla para controlar la conciencia humana. Lo hicieron manipulando la genética y bloqueando el flujo natural de energía entre el ser humano y el cosmos […] La red fue diseñada para mantener a los humanos en un estado de olvido, limitando sus percepciones a una estrecha banda de frecuencias. Así, olvidaron su conexión con las estrellas y se volvieron manejables. […] El proceso de ascensión implica desmantelar esa grilla artificial. A medida que el campo electromagnético de la Tierra cambia, la red se debilita y cada ser humano puede acceder de nuevo a su multidimensionalidad.” 6

Sabemos que la frecuencia de la Tierra está cambiando:

Lo vemos en la Frecuencia Schumman que ha subido exponencialmente, junto con la cantidad de llamaradas solares y la inundación de luz fotónica que estamos viviendo porque nuestro Sistema Solar está pasando por la Banda de Fotones. Ésto es algo concreto, no estoy hablando de inventos New Age, aunque pocas personas se toman el tiempo de confirmarlo antes de descartar éstas valiosas y básicas informaciones.



 Estamos frente a lo que Bárbara llama “la Fiesta Cósmica”, porque en efecto, éstos cambios de frecuencia generan una inmensa amplitud de nuestra conciencia, y es por ello que tantas personas están viendo el mundo y sus vidas de una nueva manera, con mayor conciencia porque hay más luz (literal) entrando a nuestro sistema.


Yo, que trabajo de ayudar a la gente a conectar con su canal espiritual, me doy cuenta de que ésta crisis que afecta nuestra atención, afecta directamente nuestra capacidad de conectar con los planos sutiles y con nuestra misma vida álmica, interior.


Incluso nuestra imaginación -que Rudolf Steiner nombró como una facultad superior del pensamiento y del alma- se ha visto fuertemente mermada porque consumimos todo el tiempo imágenes ya hechas, que empobrecen nuestras imágenes internas: ésos ojitos del alma que cada quien tiene y a través de los cuales miramos al mundo de una manera única, sagrada.


Ahora que volví a leer novelas (porque también había abandonado la literatura), me doy cuenta lo rico que es entrar al mundo de otro...cómo me sensibiliza del mío propio e incluso me ayuda a empatizar con el de los otros. Para volver a leer tuve que superar la idea de que fuera una “pérdida de tiempo” y ahora, cada mañana, antes de prender el módem del Wifi y revisar mi teléfono, leo media hora y mi día se “cablea” totalmente diferente.


Ahora mismo estoy leyendo “El Dios de las cosas pequeñas” que es una maravilla de narración del mundo interior, sensible, de dos gemelos de la India, y cada vez que leo y luego salgo a la calle, miro a la gente con nuevos ojos, mucho más curiosos…“¿Cómo se vive ahí adentro del señor del valet parking, o del mesero, o de mi amiguito Elian, que es mi vecino pequeño?”


Hari, experto de la atención, de hecho, nombra la importancia de leer f icción en su libro:

“Leer novelas largas ayuda a desarrollar empatía, porque te fuerza a salir de tu propia cabeza y entrar en la mente de otra persona, a vivir con ellos, a sentir con ellos, durante muchas horas […] La novela es una tecnología de la empatía. No hay otro medio que te lleve tan adentro del mundo emocional de otra persona por tanto tiempo.” 8

Yo me acuerdo de adolescente sentarme a leer a Virginia Woolf bajo los enormes árboles de la Isla del Tigre, en Buenos Aires. “Me equivoqué de tiempo” a veces pensaba, porque disfrutaba mucho transportarme a la época victoriana. Está bien, yo siempre fui rara y leí cosas raras para mi edad, pero mis amigos, incluso los más “vagos para la lectura” leían por placer, todavía en los 2000´s. Hoy no conozco un adolescente al que le pueda regalar un libro y que se emocione. Bueno, quizás a uno o dos, raros, como yo.


¿Quién “tiene tiempo para leer” en ésta época? Me pregunto, como si fuera un lujo, darse un tiempo “no productivo”…pero la realidad es que todos lo tenemos, sólo pídele a tu iPhone que te de el reporte del tiempo del uso de pantalla diario y verás cómo sí lo tienes. ¿Qué pasó, entonces, con la elección consciente de cómo usar nuestro tiempo?


Frente a todo esto que estoy exponiendo, me viene la sensación de que tú, como lector o lectora, puedes estar experimentando la misma frustración y enojo que yo experimenté (y experimento):


  • ¿Cómo salimos de aquí?

  • ¿Cómo protegemos a los niños y jóvenes?

  • ¿Cómo hacer, si pareciera que para “sobrevivir” en éste sistema necesitamos estar enchufados en el mundo virtual?


Parece que si no estamos un día conectados, el Ser Supremo del Mundo Virtual, el que toma lista, nos va a poner un tache que nos traerá terroríficas consecuencias: ¿Y si pierdo seguidores, alumnos, amigos?


Es una amenaza fantasma pero a la vez que activa lo más profundo de nuestra supervivencia.



Los seres humanos siempre hemos caído en ésa gran mentira. Quizás porque no confiamos realmente en la vida después de la muerte y creemos que sobrevivir es la única y más importante misión.


Pregúntale hoy en día a un adolescente qué siente si le borran su cuenta de ¿Instagram? ¿Tiktok? ¿Qué usan hoy los adolescentes?… Parecería que, casi, enfrentan la muerte si pierden su identidad virtual.


Éste juego perverso con la supervivencia permite algo que es muy peligroso para éstos tiempos: perder el pensamiento propio.


Y no lo digo porque sea bueno ni malo, digo peligroso sólo porque es un loop, una repetición sin memoria de otros tiempos, que nos ha generado mucho trauma y que creo yo, o quiero creer, que ya no es necesario de ésa manera para nuestro aprendizaje humano.


Hemos perdido los momentos que Johan Hari llama “mind wandering”, el dejar que la mente navegue sin instrucción, por ejemplo, en una caminata en silencio.


También hemos perdido los momentos de aburrimiento, tan importantes para desarrollar la creatividad.


Éstos momentos, junto con la lectura, son importantísimos para la formación de un pensamiento propio. Tenemos muy demonizado el pensamiento, pero es uno de los factores que nos hace humanos como dice Rudolf Steiner en su libro “Filosofía de la Libertad”:


“El pensamiento es un órgano de percepción espiritual, del mismo modo que el ojo lo es para la luz.” 9

En éste esquema, cada vez más polarizado y aturdido, hay poco espacio para que desarrollemos aquello que nos permite ser humanos, y más aún, ser responsables de nuestra humanidad y de nuestras decisiones.


Ésto lo comprobó brillantemente Hanna Arendt en su libro “La Banalidad del Mal”. Hanna fue una pensadora brillante, alumna de Heidegger. Judía en la época nazi, logró escapar a Estados Unidos y en 1961, el New Yorker le pidió que reportara el juicio de Eichmann en Israel, que fue uno de los principales organizadores de la "Solución Final”: el plan nazi para exterminar a los judíos de Europa.


En el juicio Hanna tuvo un cortocircuito: El hombre que veía frente a ella no hablaba como el monstruo nazi que ella creía que era. Parecía una persona “demasiado normal”…Eichmann alegó lo que muchos otros también han alegado: “sólo cumplía órdenes”. En Argentina surgió algo similar cuando intentaron poner la ley “Obediencia Debida y Punto Final” después de la dictadura, que alegaba que los militares de medio y bajo rango “sólo cumplían órdenes jerárquicas” cuando tomaron el poder y desaparecieron, secuestraron y torturaron a miles de personas.


En su libro brillante y muy criticado (justamente, creo yo, por lo original de su pensamiento), Arendt dijo

“La lección que este largo curso de horrores nos enseña es la de la aterradora banalidad del mal. El mal no tiene profundidad, y tampoco un demonio que lo respalde. Solo puede causar estragos en el mundo porque muchos, como Eichmann, no son ni pervertidos ni sádicos, sino que son simplemente irreflexivos. Esta irreflexión no es una estupidez, sino una curiosa y auténtica incapacidad para pensar.”

¿A qué nos enfrentamos en una actualidad en la que estamos perdiendo el tiempo y espacio para pensar y reflexionar?


¿Cómo esto puede afectar, nuestra vida política, económica pero también nuestra capacidad de presencia interior que es la que nos permite sentir, conocernos, vincularnos, empatizar, conectar con los mundos superiores?



Bien…hablemos de soluciones.


Porque no sirve de nada describir cómo estamos, si no pensamos en tomar acción. Y para ello vamos a requerir mucho valor, porque lo que debe cambiar, impacta profundamente en nuestras vidas cotidianas.


ÉSTE TEMA NOS TOCA Y NOS PREOCUPA A TODOS, ¿PORQUÉ NO NOS JUNTAMOS A HABLARLO?


  • ¿Cómo te sientes al respecto?

  • ¿Cómo se sienten tu familia, tus amigos?

  • ¿Qué acciones concretas podemos tomar juntos?


Cal Newport en su libro “Deep Work”, dice:


“La capacidad de concentrarse intensamente es una habilidad que debe entrenarse. Esta habilidad debe ser protegida y fortalecida en un mundo lleno de distracciones.” 10

En un sistema que busca interrumpirnos constantemente, tenemos que encontrar juntos las maneras de ayudarnos permanecer presentes.


“Cuando somos interrumpidos, nos toma una media de veintitrés minutos volver al nivel de concentración en el que estábamos… “Imagina lo que esto significa en un día de trabajo típico. Incluso si solo revisas tu teléfono brevemente —una notificación, un mensaje, una noticia — esa pequeña distracción puede desencadenar una cascada de pérdida de atención que arruina casi media hora de tu enfoque.” 11


Así como a un adicto le cuesta no tomar o fumar en presencia de otros fumadores, tenemos que comprender que muchos estamos adictos a la virtualidad y necesitamos hacer redes verdaderas de apoyo para comenzar a atender un problema que no es de menor impacto en la vida real.








¿Qué puedes hacer tú individualmente?

 “Lo que importa ahora no es que el hombre reciba la verdad desde afuera, sino que la conquiste por su propia experiencia interior. Solo lo que se convierte en verdad en el alma individual puede irradiar luz para el conjunto. La cultura futura será fruto del esfuerzo de cada uno.”  Rudolf Steiner

Yo diría que antes de que intentemos cambiar la cosa, deberíamos observarla. ¿Qué dice de nosotros?


Lo primero que te preguntaría, o que te dejaría como una pregunta perpetua al sumergirte en el mundo virtual es, ¿Qué estoy evitando? ¿Qué de la realidad me es intolerable y elijo fugarme a otra realidad, pero virtual? Ojo, no digo que toda nuestra motivación de ir a las redes sea ésta, pero es una buena pregunta para tener presente.


En éste sentido, algo fundamental que a mi me ayuda mucho a poder mirarme y sostener lo que siento (es decir acompañarme a sentir, en lugar de evitar), es la terapia.


Necesitamos herramientas que te den un entrenamiento para acompañarte, porque, paradójicamente, nadie nos lo enseña.


En mi experiencia, la Terapia Gestalt y la Terapia Somática han sido básicas para construir una base mucho más sólida de relación conmigo misma. Tenemos muchas, muchas, muchas herramientas en ésta época: ¡Usémoslas! Si necesitas recomendaciones de terapeutas, no dudes en escribirme o buscarlos por ti mismo. Recuerda que tu mejor brújula siempre eres tú.


Recomendaciones Prácticas


Ahora, me tomo la libertad de dejarte aquí otras recomendaciones, muy concretas, de Johan Hari para recuperar tu atención:




1. Desconexión digital deliberada


“No puedes reconstruir tu atención si estás permitiendo que cada segundo sea invadido por una notificación.”


Estrategias:

  • Apagar notificaciones y eliminar apps innecesarias del celular

  • Establecer horarios fijos para revisar correos o redes

  • Tener espacios y días sin pantallas (por ejemplo, un “sábado offline”)




2. Bloqueo de tiempo (Time Blocking)


“Una mente fragmentada no puede producir un pensamiento profundo. La atención necesita tiempo sin interrupciones.”


Estrategias:

  • Agrupar tareas similares en bloques sin interrupciones

  • Reservar tiempo diario para atención sostenida (por ejemplo, leer, escribir, caminar sin aparatos, pintar, cocinar)

  • Usar temporizadores o técnicas como Pomodoro (25 min foco, 5 min descanso)




3. Mindfulness y meditación


“La atención plena no solo calma la mente, la entrena. Es una forma de recordar cómo habitar el presente.”


Estrategias:

  • Meditar diariamente aunque sea 5–10 minutos

  • Practicar respiración consciente en momentos de estrés

  • Incorporar mindfulness en tareas cotidianas (comer, caminar, ducharse en silencio y sin interrumpir con tecnología)



4. Lectura profunda y sin pantallas


“Leer novelas largas ayuda a desarrollar empatía, porque te fuerza a salir de tu propia cabeza y entrar en la mente de otra persona.”


Estrategias:

  • Leer libros físicos diariamente, al menos 20–30 minutos

  • Crear rituales para la lectura (lugar, luz, música suave o silencio)

  • Eliminar la multitarea al leer (nada de leer con el celular cerca)




5. Permitir el aburrimiento y el mind-wandering


“Los momentos en los que no estás enfocado en nada son el laboratorio de la mente. Es ahí donde surgen tus ideas más importantes.”


Estrategias:

  • Caminar sin música ni celular

  • Tener ratos de inactividad voluntaria durante el día

  • No llenar cada “espera” (fila, transporte, baño) con estímulo digital




6. Dormir bien y descansar profundamente


“Sin sueño adecuado, tu cerebro no puede funcionar correctamente. Es como intentar operar una máquina con la batería baja.”


Estrategias:

  • Dormir entre 7 y 9 horas, con horario regular

  • Apagar pantallas al menos 1 hora antes de dormir

  • Exponerse a luz natural por la mañana



7. Crear entornos que favorezcan la concentración


“El lugar donde estás puede ser tu aliado o tu enemigo en la lucha por tu atención.”


Estrategias:

  • Ordenar el espacio de trabajo: menos estímulos visuales

  • Usar luz natural y eliminar distracciones visuales y sonoras

  • Escuchar música instrumental si ayuda a enfocar (o silencio total)



8. Cultivar relaciones reales y presenciales


“La atención florece donde hay conexión humana real.”


Estrategias:

  • Priorizar encuentros cara a cara

  • Conversaciones sin pantallas presentes

  • Escucha activa: mirar a los ojos, no interrumpir, estar completamente ahí



Ahora ¿Qué podemos hacer como colectivo?


“La liberación es un acto de amor. Nadie se libera solo. Nadie libera a nadie. Los hombres se liberan en comunión.” Paulo Freire

El año pasado, fue uno de los años más difíciles de mi vida: mi madre, que llevaba años cayendo en las profundidades de su adicción, tocó uno de ésos fondos de los que te hacen rebotar. Fue duro decidir intervenir e internarla en una clínica de rehabilitación. Cuando lo hice, nunca pensé que iba a ser una de las demostraciones de amor y comunidad más grandes de mi relativamente corta existencia. Como no tenía dinero para pagar las monumentales cifras que éstos lugares cobran, organicé una colecta. Me costó, porque tuve que abrir el tema, contar y exponer nuestra situación y nunca creí que abriendo de ésa manera las puertas de mi vulnerabilidad y las de mi madre, la respuesta iba a tener ése nivel de potencia y de amor.


Quedé asombrada no sólo del apoyo económico y el afecto que recibí de mis amigos, sino de la bondad de los apenas conocidos y los desconocidos tocados por la historia.


Sin ésta red que se creó, no hubiera tenido ni los recursos, ni la fuerza emocional y espiritual para llevar a cabo semejante tarea.


Todo ésto ocurrió gracias a las redes. Las redes humanas viajando por las redes virtuales. De ésta historia saco dos cosas: 1: solos no podemos ni queremos. 2: La tecnología no es precisamente el problema, es el uso que le damos como colectivo lo que nos está dañando o apoyando en el desarrollo de la humanidad.


A nivel colectivo, Johan Hari propone algunas bases de cambios al llamado “Capitalismo de Vigilancia”, ése modelo económico que se nutre de tu atención:


1. Cambiar el diseño de las plataformas digitales


“No deberíamos tener que luchar constantemente contra plataformas diseñadas para atraparnos. Deberíamos rediseñar esas plataformas para que sirvan nuestras necesidades, no para explotarlas.”


Hari aboga por regular tecnológicamente las redes sociales y los algoritmos, para que dejen de explotar la atención como recurso económico. Propone que se obligue a las empresas a usar modelos éticos, que prioricen el bienestar cognitivo y emocional del usuario.


2. Regulaciones políticas y legales


“Necesitamos leyes que protejan nuestra atención del mismo modo en que protegemos nuestros pulmones del humo del tabaco.”


Compara la situación actual con la lucha contra el lobby del tabaco: las tecnológicas, como entonces las tabacaleras, saben que su producto causa daño pero lo promueven igual. Hari propone crear leyes que limiten el diseño de apps adictivas y establezcan derechos sobre la atención como derecho humano.


3. Reformar la educación

“La escuela debería ser el lugar donde se aprende a prestar atención, no donde se castiga la distracción sin comprender sus causas.”


El autor critica un sistema educativo que reprime en lugar de cultivar la atención profunda. Propone rediseñar la enseñanza para incluir:


  • Más lectura sostenida

  • Tiempo libre sin pantallas

  • Espacios para el aburrimiento creativo

  • Menos tareas multitarea


4. Recuperar lo comunitario y lo presencial


“La atención florece donde hay conexión humana real. No podemos reconstruirla si estamos cada uno en nuestra burbuja digital.”


Hari promueve una recuperación del vínculo social auténtico: lugares de conversación profunda, encuentros sin pantallas, políticas de urbanismo que fomenten el encuentro y no el aislamiento.



Para concluir éste largo artículo....


¡Y si has llegado hasta aquí te felicito por tu capacidad de atención!

Yo te pregunto, querida o querido lector…


  • ¿Qué piensas tú de éste asunto?

  • ¿Qué podrías hacer, además de esto que te propongo, para recuperar tu atención?

  • ¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando te digo “un tiempo para ti”?


Si, es cierto que ésta situación, como muchas otras que han existido de alta toxicidad no reconocida a tiempo en la humanidad, nos va a requerir voluntad y disciplina, salir del automático…pero la respuesta también está en lo que disfrutamos.


Cuando pasamos un poquito de la demanda virtual y nos damos el tiempo de ése paseo, ése spa, ésa pintura, ésa lectura, ésa plática…la disfrutamos de verdad y exclamamos: “¡Porqué no hago esto más seguido!”



Ahora Saturno, el gran maestro de la voluntad, entra Aries, el signo del Yo y del Deseo…quizás sea un buen momento para desear lo que nos toca hacer y hacer lo que tenemos que hacer con el disfrute de elegirlo. No hay manifestación más potente de nuestro Yo Superior que nuestra coherencia entre lo que queremos y lo que hacemos en el presente.


Por otro lado, Plutón, el planeta que trae los aprendizajes sobre poder y que saca a la luz todo lo que tiene que transformarse, ha entrado en Acuario por 20 años…su sombra es todo esto que hemos hablado: la tecnología del dominio a través de la desconexión, la frialdad de las redes sin alma, el individualismo y la globalización que estandariza… pero el significado más profundo de Plutón en Acuario es el poder que regresa al individuo, un individuo que se sabe parte de una red…y queridos amigos, ése…ése es un gran superpoder humano. No olvidemos que humano viene de Hummus, de la Tierra.


La decisión en nuestra.


Para cerrar, déjenme regalarles una cita de Claudio Naranjo, (gracias por tanto Maestro):


“La libertad no es hacer lo que uno quiere, sino dejar de ser lo que uno no es.”

Si éste artículo te sirvió, compártelo. Es la única manera de que comencemos a tomar conciencia colectiva de lo que está sucediendo.


Ahora sí, por último, abro el espacio para que escribas tu propio artículo, poema, cuento, lo que quieras, sobre éste tema. Comunicar tiene impacto.


Te invito a responderme éste ensayo, o a compartir, desde tu verdadera intimidad, cómo vives y ves ésta crisis de lo más preciado que tenemos: nuestra presencia. ¿Qué te sirve para recuperar la atención que te gustaría que otros pudieran tomar?


Puedes mandárnoslo al correo de Akashic y lo publicaremos en nuestro Blog: akashicrecordscommunity@gmail.com


Con mucho amor y gratitud por tu atención,


Tamara Ciriza,

Akashic Records Community







¿Quién es Tamara Ciriza?


Qué difícil definir en pocas palabras quién una es.


Cualquier adjetivo me queda grande y a la vez chico.


Tengo en éste momento 32 años y llevo más de 15 años trabajando con los Registros Akáshicos.


Para mi, mi trabajo, por ahora, se trata de promover, contagiar y enseñar, lo que yo llamo la “Autonomía Espiritual”.


Creo absolutamente en la capacidad y en la necesidad actual de nosotros, los Seres Humanos, de recuperar nuestra propia brújula, nuestra conexión directa y consciente con el alma y con el mundo espiritual.


Siempre he sido curiosa de lo que de niña llamaba “el mundo atrás de las cosas”, de estudiar lo que no se ve. Por ello (y porque me fascina) soy astróloga y he incursionado en el chamanismo, el Tarot y en la Antroposofía y la Teosofía.


Actualmente estoy por terminar mi formación en Terapia Gestalt, a quien debo una gran parte de mi camino de humanizarme y tener una esperanza nueva en la humanidad.




Notas al Pie


1 Hari, J. (2023). El valor de la atención: Por qué no podemos concentrarnos. Editorial Planeta.


2 Hari, J. (2023). El valor de la atención: Por qué no podemos concentrarnos. Editorial Planeta.


3 Hari, J. (2023). El valor de la atención: Por qué no podemos concentrarnos. Editorial Planeta.


4 Frances Haugen, Testimonio ante el Senado, 5 de octubre de 2021 .


5 Frances Haugen, Entrevista en 60 Minutes, CBS News, octubre de 2021 .


6 Hand Clow, Barbara. Cosmología pleyadiana: Las enseñanzas de las Siete Hermanas de las Pléyades. Ediciones Obelisco, 1995.


7 Es la frecuencia fundamental de resonancia que ocurre en el espacio entre la superficie de la Tierra y la ionosfera (una especie de "caja resonante"). Esta cavidad actúa como una guía de onda para las ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia (ELF), especialmente generadas por los rayos.


8 Hari, J. (2023). El valor de la atención: Por qué no podemos concentrarnos. Editorial Planeta.


9 Steiner, Rudolf. La filosofía de la libertad. Ediciones Rudolf Steiner, 2006.


10 Newport, C. (2016). Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World. New York: Grand Central Publishing.


11 Hari, J. (2023). El valor de la atención: Por qué no podemos concentrarnos. Editorial Planeta.

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